Luis Varela
SABER INVERTIR
Edición en línea del Domingo 8 de junio de 2025
MARTES, MIÉRCOLES, JUEVES Y VIERNES CON VIBRANTE AGENDA
Vienen 20 semanas que deberán pasarse aguantando la respiración
Escribe LUIS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com
Con trastornos
en el mundo y gran incertidumbre a nivel local, los inversores no saben
dónde meterse. Incluso los analistas de los grandes bancos están divididos,
con pronósticos muy disímiles. Y en la Argentina, con un Gobierno que se
desboca ante cualquier crítica, los que se llenan la boca hablando de
libertad nos están colocando en un corset que puede reventar como un
resorte.
Por supuesto, tratando de analizar las cosas de mayor a menor, medidas por
tamaño de volúmenes operados, lo que más inquieta en este momento es la
inconsistencia en la economía norteamericana. El déficit y la deuda de
EE.UU. asusta, y los inversores mundiales se desprenden de los bonos de la
Fed, siempre considerados como en activo más seguro del mundo.
La venta de los papeles de la Reserva Federal es tan pronunciada que bajan
sus "precios contado" y como consecuencia directa suben las tasas largas de
EE.UU.: el viernes se pagó 4,1% anual a 1 año de plazo, 4,1% anual a 5 años,
4,5% anual a 10 años y 5% anual a 30 años.
Y la movida no solo toca a los bonos federales, sino que debilita al dólar.
En la semana el billete verde subió 0,6% contra el yen (con Japón sumergido
en un gran problema por el gigantesco carry trade que están haciendo
millones de especuladores montados en su moneda), pero luego el dólar bajó
con todo: achicó 2,8% en Brasil, 1,5% en México, 1,1% en Chile, 0,5% contra
la libra, 0,4% contra el euro y 0,1% contra el yuan y el franco suizo.
En el mercado cambiario argentino, por supuesto, estamos como siempre en
otra sintonía, y particularmente en otro momento. Estamos con la mayor
oferta de dólares del año por la liquidación de la cosecha gruesa (soja,
maíz y girasol). La venta es tan pronunciada (antes de que se vuelvan a
subir las retenciones a fin de mes) que la liquidación diaria saltó de u$s
150 M a u$s 280 M. Y lo que intimida es que en medio de este aluvión las
reservas del BCRA no se enteran: y la Argentina no está cumpliendo con lo
acordado con el FMI.
Y lo particular del caso es que, mientras el dólar global bajó 6% en el
mundo en los últimos cinco meses, en la Argentina está prácticamente
lateral, sin cambios. Esta semana el dólar mep subió 0,1%, el dólar oficial
bajó 0,3%, el contado con liqui cedió 0,8% y el blue fue el que más perdió
(1,3%) porque mucha gente tiene que vender "canuto" para pagar gastos: bajó
de $ 1180 a $ 1165.
O sea, en lo que va de 2025 el dólar baja 6% en el mundo y las cotizaciones
libres locales ceden 0,9%. Este nivel más sostenido local surge porque hay
demanda por importaciones y por atesoramiento, ya que los dólares no solo no
salen del colchón, sino que se siguen metiendo.
Además, debe decirse que todos estos dólares no son producto de una economía
de mercado, sino de una política intervenida
con fuerte participación del Gobierno en el dólar futuro. En los hechos se
busca anclar al dólar, usándolo para bajar la inflación como sea. Y, a la
vez, hay gran restricción de pesos, ahogando la demanda para que las subas
de precios que necesitan hacer las empresas para cubrir costos o mantener
márgenes no se pueda realizar.
Esto está llevando a que la inflación que mide el INDEC y las consultoras
vayan a la baja. Se estima una variación del 1,9% para mayo, y este jueves
se conoce el dato nacional concreto del INDEC. Y en medio de esta fuerte
restricción, hay proyecciones para junio, julio y agosto con IPC aún a la
baja.
Por supuesto, este nivel del dólar aplastado multiplica las importaciones y
los viajes de argentinos al exterior. Esa corriente, por ejemplo, se lleva
puestos a los dólares que genera ahora el superávit energético. Y ocurren
pulsos impensados, como la venta de paquetes a EE.UU. que se está disparando
para alentar a Boca y a River en el mundial de clubes.
Pero, evidentemente, la economía no está funcionando. Las inversiones no
llegan. El foco del Gobierno es uno solo: terminar con la inflación, como en
una primera fase, estabilizar, y recién después de eso, iniciar con otras
decisiones.
Por eso, como dijo el economista Ricardo Arriazu, está llegando con más
velocidad la destrucción que en la construcción. Por supuesto hay una
situación muy heterogénea, con unos pocos sectores que crecen de manera
sostenida, pero lo más vinculado con la gente se estanca. E, insólitamente,
incluso empiezan a aparecer problemas en áreas que se promocionan como las
joyas del momento.
Tras los duros traspié en firmas vinculadas al agro, como Surcos, Los Grobo,
Agrofina o Sancor, acaba de caer en default uno de los grandes grupos
energéticos del país: el Grupo Albanesi (que posee varias centrales de
generación térmica) no pudo pagar los intereses de una ON, y está con
problemas para pagar una deuda total por u$s1.100 M.
Esto, que altera la operatividad de todo el sector de Obligaciones
Negociables, se da, además, con una verdadera revolución en el mercado
financiero. Los bancos están hoy obligados a trabajar nuevamente como bancos
y, según sus últimos balances trimestrales presentados, sus ganancias se
caen por el ascensor (una de las entidades más grandes acaba de achicar sus
utilidades 33% anual medida en pesos (sin considerar que en los últimos 12
meses hubo una inflación anual del 55,9%, ver en sección ACCIONES.
Para intentar defenderse, las entidades pretenden pagar por plazos fijos
tasas de entre 29,5 y 33,5%, que están más acordes con la inflación
esperada, del 33%. Pero lo que cobran por los créditos es imposible, con
tasas que superan el 80% anual, y con letra chica que trae sorpresas para
los que se atrasan.
Frente a esto, las inversiones mundiales en títulos privados están mostrando
un refugio de huida de monedas. En la última semana el Nasdaq de NY subió
2,2%, Santiago de Chile mejoró 1,5%, Frankfurt tuvo un alza del 1,3%, el Dow
Jones de NY avanzó 1,2% y hubo subas del 0,7% en Madrid y del 0,4% en
México, con bajas del 0,6% en Tokio y del 0,7% en San Pablo.
Con ese marco, la inversión en títulos argentinos atraviesa un momento
crucial. Los bonos intentan aguantar, pero el riesgo país, lejos de bajar a
450 puntos como se necesita con urgencia, subió en la semana en 24 unidades,
de 664 a 688 puntos básicos, cada vez más lejos del crédito voluntario
internacional.
Y a la que le va peor que a todos los mercados bursátiles es a la Bolsa
argentina: en la última semana el índice MerVal acaba de anotar una caída
del 4,1% en dólares o del 5,4% en pesos.
Y lo particular de esta mala evolución de los activos argentinos es que
ocurre a pesar de que en el mundo, por cuestiones geopolíticas otra vez muy
complicadas (Rusia-Ucrania, Israel-Líbano), los principales valores que
exporta el país están con un buen momento.
En lo que va de junio el petróleo sube 6,5% y los granos también están en
general hacia arriba: el girasol de Rosario salta 13,3%, la soja de Rosario
avanza 8,6%, el trigo rosarino anota una suba del 2,6%, con la soja Chicago
2,1% arriba, y sólo el maíz del puerto santafesino está hundido, con una
dura caída del 10,5% este mes.
Además, la situación global de los inversores encuentra que las principales
posiciones refugio ya tienen precios altos. Por eso en lo que va de junio lo
que más sube es la onza de plata (gana 9,2% porque su récord histórico está
todavía mucho más arriba), pero las criptomonedas y el oro, que están cerca
de máximos, pierden brillo: el Bitcoin sube 0,8% en junio y el metal
amarillo avanza apenas 0,5%.
¿Qué pasa? ¿Por qué están los papeles argentinos están en este momento tan
crucial? Evidentemente, una vez apaciguada la alta inflación, las empresas
encuentran dificultades para ajustar sus realidades a impuestos y costos que
las ahogan. Y, obviamente, hay un persistente crecimiento de suspensiones y
despidos. Y, como botones de muestra, hay un creciente retraso en el pago de
expensas y tarjetas de crédito y en abril hubo 64000 cheques rechazados, el
nivel más alto desde la pandemia.
Por supuesto, como efecto colateral, la protesta social está creciendo
nuevamente. Y vienen 20 semanas decisivas en las que hay, entre muchas otras
votaciones provinciales, dos elecciones decisivas, una en Provincia de
Buenos Aires el 7 de setiembre y otra nacional (por senadores y diputados
del Congreso) el 26 de octubre.
Este momento en el que la gente deberá poner su voto para decidir a quién
apoya se da, además, con el mundo en un momento muy irregular, en el que
además de los conflictos bélicos, ahora sobresalen inconvenientes incluso
dentro de EE.UU. En mayo se crearon en territorio estadounidense 139.000
empleos, por debajo de los 144.000 de abril. Esto mantiene una gran pelea
entre Trump y Powell: la Casa Blanca le exige a la Fed que baje un punto su
tasa de interés base, que sigue en 4,5% anual. Pero la Fed por ahora no se
mueve porque el costo salarial norteamericano subió más que lo esperado:
0,4% en mayo y 3,9% anual. Y para colmo, el Presidente Donald Trump y el
magnate Elon Musk están a los gritos, con acusaciones increíbles:
"pedófilo", "drogadicto"...
Y con este mundo que ofrece ahora viento en contra, en la Argentina el
Gobierno realiza manotazos de ahogado con pocas chances de florecer. Lanzó
el "plan colchón", que es por ahora un proyecto de ley, separando fuerzas
entre ARCA y la UIF, con varios puntos poco claros. Pero la gente, que tiene
el "canuto" bien guardado para casos de emergencia, sigue comprando dólares
a dos manos, y en vez de sacarlos del colchón, los mete: los depósitos en
dólares están bajando, con los números del BCRA mostrando que en las últimas
2 semanas registradas se fueron u$s 436 M del sistema.
Y esto sucede en un momento en el que dólar está tranquilo porque
transitamos los días de mayor liquidación de dólares del año, sin que las
reservas del BCRA se enteren. Y aquí llega la pregunta obligada: ¿qué pasará
cuando empiece julio y suban las retenciones? ¿Habrá más liquidaciones? ¿Qué
pasará con la tranquilidad del dólar? El Gobierno dice que mientras el dólar
se mantenga dentro de la banda de flotación —hoy estimada entre $980 y
$1.428—, el Banco Central no intervendrá: esto implica que la base monetaria
no se expande ni se contrae, y permanece en torno a los $ 21,4 B. Pero ¿qué
actitud tomarán los ahorristas si el dólar vuelve a testear los $ 1300?
No debe olvidarse que el gran tema de la semana fue la votación en Diputados
para que el Gobierno nacional le otorgue una suba del 7,2% a los jubilados y
que mejore los gastos por discapacidad, sin explicar de dónde debe salir el
dinero para hacer esa necesaria reparación. La oposición tiene los votos en
el Senado para convertir eso en ley. Pero si el Ejecutivo hace eso, el
superávit fiscal desaparece y habrá que recurrir otra vez a la emisión, y
volver a la inflación, el loop que sufre la Argentina desde hace décadas.
Por eso Milei, con un gran costo político, lo vetará. Quizás, para no tener
el costo de vetar, el Gobierno negociará con los gobernadores (urgidos por
fondos para sus provincias) para comprar votos en el Senado.
Y, al mismo tiempo, al Gobierno le están a punto de vencer las facultades
delegadas que le dio el Congreso. Y, para seguir con las cuentas públicas en
orden, Sturzenegger prepara 13 decretos con los que recortará áreas y
eliminará cargos jerárquicos, apuntando al INTA, el INTI, Transporte, Salud
y Trabajo
Y, tal como bien sabe los inversores, en la Argentina todo sigue atado a la
política. Los peronistas toman aceite de ricino para sobrevivir: sin ninguna
figura con atracción electoral, se van encolumnando detrás de la candidatura
autoproclamada por la Fernández, en la tercera sección electoral bonaerense,
el último reducto que le queda al PJ, donde lo siguen votando
incondicionalmente desde hace 42 años de manera ininterrumpida, aunque no
les haya dado ni seguridad ni infraestructura.
El paradigma de esa gente empobrecida y arrinconada parece ser "cloacas no,
polenta sí": todos deben recordar que antes del paso del PJ por el país, la
esperanza de vida de la Argentina era la mayor de Sudamérica. Hoy nos
superan Chile, Uruguay, Perú y Colombia, y están a punto de superarnos
Ecuador y Guyana.
Y no debe olvidarse que entre el atraso en esperanza de vida está la muerte
de Thiago, el nene baleado por un policía novato en La Matanza 3° sección
electoral para contrarrestar la amenaza de robo de parte de cuatro
delincuentes. Y es justamente la 3° sección electoral el lugar elegido
estratégicamente por Cristina para ver si el voto popular la sigue dejando
políticamente viva. En ese sector del país están los partidos de Almirante
Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada,
Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lanús, Lobos,
Lomas de Zamora, Magdalena, Presidente Perón, Punta Indio, Quilmes y San
Vicente. Todos juntos componen el 18,5% de los votos que hay en todo el
país. Y toda la provincia de Buenos Aires tiene el 38% de los habitantes
argentinos, seguido por 8,6% en Córdoba, 7,7% en Santa Fe y 6,7% en CABA.
Con gran resistencia de intendentes de la propia tercera sección electoral y
del gobernador de la provincia, la Fernández apura la formación de una mesa
tripartita con Kicillof y Sergio Massa para armar las listas de la 3°
sección electoral. Y para arrear más votantes a su intención de subsistencia
la Fernández prevé lanzar un "operativo proscripción" en caso de que la
Corte Suprema confirme su condena a prisión e inhabilitación para ejercer
cargos públicos por el caso Vialidad (y tiene otros siete juicios en marcha,
con Pepe Mujica recitando "la vieja no quiere largar el pastel").
Con toda esta estrategia de ajedrez, los inversores locales y extranjeros se
preguntan si ¿puede volver al Gobierno el peronismo en cualquiera de sus
formas? El Gobierno pagará unos u$s 4500 M por vencimiento y amortización de
Bonares y Globales el 9 de julio. ¿Habrá reinversión de ese dinero con
riesgo de que el peronismo regrese? Sin dudas, todo dependerá de lo que pase
con las urnas en setiembre y octubre.
Entre tanto, Luis Caputo ("el mago de las Finanzas", según Macri, y "el
mejor ministro de Economía de toda la historia, según Milei) prepara más
peligrosa alquimia financiera. Se viene otro REPO, como el que hubo en
enero, cuando se consiguieron u$s 1000 M pagando 8,8% anual a 2 años y 4
meses. Pero esta vez el REPO será por u$s 2000 M. Y también se prepara más
emisión del Bonte 2030: de arranque se pagó casi 30% anual en pesos, y ahora
se espera pagar 27%, tal como está el valor de ese título en el mercado
secundario. Caputo está apurado, sabe que si en julio cumple con los u$s
5000 M de aumento de reservas, recibirá del FMI otros u$s 2000 M, además de
otros créditos de organismos multilaterales. Con eso seguirá tirando.
Como dijimos, en las últimas dos semanas se fueron del sistema bancario u$s
436 M. Eso ocurrió a pesar de que hay varios bancos sin nafta que empezaron
a pagar tasas de más del 5% anual por plazos fijos en dólares (más de lo que
paga la Fed), pero el que toma esa opción se ata de pies y manos durante un
año, en una Argentina con pronóstico reservado.
¿Qué consejo están realizando los que arman carteras de inversión en este
momento? Veamos:
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