Luis Varela
SABER INVERTIR
Edición en línea del Domingo 13 de julio de 2025
SÓLO SE DISPARÓ EL BLUE (NO LOS DEMÁS DÓLARES), LOS BONOS AGUANTARON Y LA QUE MÁS SUFRIÓ FUE OTRA VEZ LA BOLSA ARGENTINA
El susto es mayor entre los que están poco informados
Escribe LUIS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com
Estamos en
campaña. Faltan 8 semanas para la elección bonaerense del 7 de setiembre. Y
quedan 15 semanas para la elección nacional de medio término del 26 de
octubre. Los que pelean por el apoyo político de los votos embisten como
nunca. Exageran quizás sin tener en cuenta el daño que pueden ocasionar. La
gente mira.
Llevando las aguas a un momento plebiscitario, Milei se desboca para que sea
"kirchnerismo o libertad". Y el peronismo, para no desintegrarse como pasó
con los radicales, lanza torpedos para acabar con los dos activos más
sólidos que consiguió el Gobierno: la desinflación y el superávit fiscal.
Hay bastante desesperación, sobre todo en el peronismo. Las encuestas que
anticipan lo que puede pasar en Provincia de Buenos Aires inquietan al PJ.
Según la Consultora Giacobbe y Asociados, sobre las 8 secciones electorales
bonaerenses, el Gobierno ganará en 6, empatará en 1 (las 1° sección, zona
norte del GBA) y perderá en 1 (la 3° sección, zona sur del GBA.
Allí, en las 3° sección, donde la Fernández quería refugiarse para conseguir
fueros (y evitar seguir encerrada con tobillera y visitas limitadas en San
José 1111), Giacobbe dice que el peronismo gana por 10 puntos, pero
advirtiendo que en la elección de 2023 había triunfado por 16 puntos de
ventaja. Esto quiere decir que en estos 19 de Gobierno mileísta el peronismo
perdió 6 puntos de apoyo en el corazón del núcleo emocional que lo sostiene.
Milei tiene tiempo para seguir remando en la segunda parte de su mandato,
buscando la reelección que no consiguió Macri. Pero la oposición
(esencialmente la peronista) sabe que si las urnas vuelven a decir que gane
el que sea pero "kirchnerismo no", es posible que el PJ termine
convirtiéndose en un partido vecinal, con el 10% de los votos, como le pasó
a la UCR y al PRO.
Por eso, sin que los jubilados les hayan importado nunca (la Fernández les
sacó el 82% móvil el 14 de octubre de 2010 y durante el mandato de Alberto
el haber mínimo perdió 9,1% real), ahora desde la oposición, a los gritos
dicen "con los jubilados no". Hasta la herida vicepresidente Villarruel dijo
"paren con los viajes y con el dinero a la SIDE, "los jubilados no pueden
esperar y los discapacitados menos".
Es ahí, por los votos, por sobrevivir en espacios de poder, donde en campaña
el peronismo armó una sección auto convocada (algo que no había sucedido
nunca en la historia y, en este caso, no impedida por la vicepresidente, que
busca sostener su propia imagen, cuando en 2023 no la votaron a ella, ni
tampoco a Milei: a la población la unió el espanto de seguir con Massa o con
el peronismo kirchnerista.
Y con la gran habilidad del senador por Formosa José Mayans (que tuvo como
maestro a Gildo Insfrán, que le acaba de hacer un corte de manga a la Corte,
aplicando ley de lemas para seguir en el poder hasta que las velas no ardan)
se lanzó la rebelión del senado en la que se decidió aumentar gastos
absolutamente necesarios, ahora que están en la oposición, pero que jamás
hubieran pedido se fueran el oficialismo. No hay que olvidar que los
senadores también levantaron la manito, como cuando se auto-subieron los
sueldos hasta el cielo (cada legislador cobra 26 jubilaciones), son como
condes o duques.
Así, la Cámara Alta fue por seis decisiones que le pegan a las cuentas
fiscales por debajo de la línea de flotación: aumentar jubilaciones, el bono
a los adultos mayores, el dinero de la discapacidad, los fondos de las
universidades, el reparto del impuesto a los combustibles y la distribución
de los ATN (Aportes del Tesoro Nacional a las provincias).
Frente a eso, que en su conjunto suma aproximadamente el 1,5% del PBI (casi
todo el superávit conseguido hasta ahora), Milei ruge, los acusa de casta de
mandriles gastadores, exagerando que esos fondos significan el 2,5% del
Producto. Y el peronismo, apoyando "a los viejitos y discapacitados", espera
que las urnas los dejen con vida, en setiembre y en octubre.
Por supuesto, la población está sumergida en enfrentar la malaria de esta
Argentina quebrada y ni siquiera conoce a los que estarán en las listas que
se votarán en breve: este sábado 19 de julio deben presentarse las listas
bonaerenses y por ahora el PJ es un ring de boxeo.
Los pocos que irán a votar (el ausentismo en las elecciones recientes es de
casi 50%) viven en una Argentina con 100 años de decadencia y con un PBI que
está congelado desde 2011. Nadie invierte ni un dólar en el país, no hay
garantías, el populismo puede volver.
Ahora, en la oposición, la Oficina del Presupuesto del Congreso le dijo al
peronismo que hoy por cada jubilado hay 1,8 empleos en blanco, y que se
necesitan 4 para que el sistema funcione compensado. ¿Qué acaba de decidir
el peronismo? Retomar la moratoria, para que sigan entrando personas
desesperadas sin aportes (votos garantizados), una medida que terminará
afectando aún más la piel de zapa de los jubilados.
¿Es este caos algo exclusivo de la Argentina? Para nada: afuera el
desquiciado de Donald Trump sigue repartiendo aranceles a troche y moche. Le
puso 50% a Brasil, 50% al cobre de Chile, 30% a México y la Unión Europea y
25% a Canadá. Veremos cuánto de esto se convierte en realidad, ya que Trump
ladra, amenaza y luego afloja, pero alcanza para que incluya en la
inestabilidad de la economía mundial.
Por eso, a contramano de lo que venía sucediendo, las tasas largas de EE.UU.
volvieron a subir (se pagó 4,1% anual a 1 año de plazo, 4% anual a 5 años,
4,4% anual a 10 años y 4,9% anual a 30 años). Y con ese premio el dólar
global repuntó: en la semana subió 2,9% en Chile, 2,2% en Brasil, 2% en
Japón, 1,1% contra la libra, 0,8% contra el euro, 0,3% contra el franco
suizo, 0,1% en China y no cambió en México.
A nivel local, los dólares que acumulan en 95% de las operaciones con
divisas subieron muy parecido a lo que pasó en el mundo: el contado con
liqui aumentó 2,2%, el mep 1,7% y el dólar oficial 1,5%. El único que
realmente se disparó fue el blue, que saltó 6,1%, de $ 1225 a $ 1300 (máximo
desde que hizo la apertura parcial del cepo), ubicándose 13% abajo de los $
1500 de hace un año.
¿Qué quiere decir esto? Que la gente más informada, que se mueve con cuentas
bancarias, llevaron al dólar de la mano con lo que pasó en el mundo.
Mientras que las personas que se mueve con efectivo, y tiene algún sobrante,
provocó un brinco en el dólar blue, algo que llega rápido a la tapa de los
diarios, a los sitios web y que, de persistir, puede terminar impactando en
los precios de toda la economía.
Por eso, la gran pregunta que se repitió todo el fin de semana tuvo que ver
con el denominado "pass through", es decir: ¿puede la suba del dólar
terminar aumentando la inflación? Justamente mañana el INDEC anunciará el
IPC de junio. Las consultoras lo calcularon entre 1,6 y 2,1%. Si Marco
Lavagna anuncia un número igual o superior al 1,9%, habrá problemas.
Con respecto al IPC de julio, las consultoras por ahora estiman un número
parecido al de junio, ya que de momento no están llegando listas con
aumentos nuevos a los comercios. Pero si el IPC que dará el INDEC mañana
está cerca de 2%, eso se puede gatillar, y volver a generar otro momento
tenso que recuerde a la Argentina del pasado.
Esto llega, además, con dos novedades que acaban de dejar a los argentinos
con la boca abierta. Las panaderías dicen que dejarán de vender facturas,
porque no las compra nadie. Y, después de 4 décadas de estar en el país, la
cadena Carrefour (600 locales y 17000 empleados) decidió irse de la
Argentina. Para apaciguar la noticia, el gran supermercado francés dice que
esto forma parte de una reestructuración global, que se está yendo de otros
países, concentrándose en los lugares donde tiene buenas ganancias.
Y es cierto, Carrefour se fue de algunas naciones, pero no ahora. Entre 2019
y 2023 se fue de Eslovaquia, Taiwán, Colombia y China. Pero hoy se va sólo
de la Argentina: el país no es prioridad, acá se pasa por una situación
difícil, no se consume nada. Y por la embestida que hace el peronismo como
hizo con Fernando de la Rúa, temen que se genere otro 2001, con saqueos de
supermercados, y quieren evitar vivir otra vez esa experiencia.
Es decir, por presión ajena, errores propios, auto infligidos, el país se
encuentra en este momento con otro escenario: el dólar que más mira la gente
de a pie acaba de subir y el viernes, después del voto del Senado, los bonos
y las acciones sufrieron una estocada.
Pero atención que los bonos bajaron el viernes, pero subieron 1,3% en la
semana. El riesgo país sigue con tendencia lateral en la zona de los 700
puntos, tal como sucede desde hace 40 días. Muchos de los que cobraron los
u$s 4200 M por pago de cupones y amortización de Bonares y Globales
reinvirtieron de manera quirúrgica.
Pero con las acciones pasó otra cosa: hubo daño. En el balance semanal,
Frankfurt subió 2% y Madrid mejoró 0,3%, pero el resto tuvo bajas: el Nasdaq
de NY achicó 0,1%, Tokio y Santiago de Chile 0,6%, el Dow Jones de NY cedió
1%, México 2,3% y San Pablo 3,8%. Y la Bolsa de Buenos Aires fue, otra vez,
la peor de todas: el índice Merval en pesos bajó 3,3% y el Merval en dólares
se hundió 8,9%, volvió a precios de octubre del año pasado, cuando la
inflación acumulada desde ese momento es del 21%.
Con todo este cuadro de situación, y con la jueza Loretta Preska (que no es
capaz de darse cuenta que la causa por YPF es penal y no comercial, ampara a
buitres cuando debería bajarle el martillo a los ladrones) reuniendo a las
partes para una conciliación este mismo lunes, se agrega otro elemento
intrincado: por la eliminación de las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez)
volvieron muchos pesos a los bancos y, junto con la suba del dólar, se
aplica una baja en la tasa de interés.
¿Es todo esto casual o TMAP (todo marcha de acuerdo al plan)? Un dólar más
alto puede asustar, pero es bueno para las cuentas externas, siempre y
cuando no haya traslado a precios (veremos qué dice el INDEC mañana).
Además, si el IPC es alto, ¿puede seguir subiendo el dólar y armarse una
corrida cambiaria?
El Gobierno, que está obligado a transmitir tranquilidad, dice que la
circulación monetaria es de u$s 20.000 M y que el BCRA tiene u$s 15.000 M
para vender si el dólar llega a saltar hasta el techo de la banda. Eso
secaría todo el mercado de pesos. Pero hay depósitos a plazo fijo por $ 59,5
B, que equivalen a valor actual a unos u$s 45.000 M.
Orlando Ferreres, un economista con la experiencia de cien batallas, estima
que el dólar va a seguir flotando dentro de la banda: "no veo que continúe
la fuerte suba de los últimos días, sí veo un pequeño aumento, a lo mejor a
fin de año llegaría a $ 1400, por encima de los 1278 pesos promedio de hoy,
es decir 9,5% más arriba, cuando hace un año tocaba los $ 1500".
En medio de esta presión cambiaria terminaron las LEFI. De hecho, en la
licitación del lunes pasado había vencimientos por $ 2,9 B, y el Gobierno
colocó títulos por 8,5 B porque el dinero de los bancos se trasladó de las
LEFI a las Lecaps. En ese llamado, el 87% del dinero tomado fue en títulos
en pesos a tasa de interés y apenas el 13% en títulos atados al dólar.
Además, el premio para quedarse en Lecaps fue de hasta el 38,99% anual,
cuando en la convocatoria anterior Caputo tuvo que pagar 40,53%. Eso hizo
caer fuerte la tasa más corta, y veremos cómo quedan desde ahora las
cauciones y las Lecaps, ya que no será el BCRA el que controle el costo del
dinero, sino el Tesoro con las Letras cortas.
Con la baja reciente en la tasa de interés (se pagaba entre 31 y 35% anual y
ahora se paga entre 28 y 33%), de acá a diciembre la tasa pagará 13%, por
encima de la suba estimada por Ferreres para el dólar y por encima de la
inflación. Eso sí, todo este embrollo acaba de bajar la expectativa de suba
del PBI: se creía que iba a subir 5,5% este año y 4,5% en 2026 y ahora se ve
4,7% para este año y 3,5% para 2026.
A partir de ahora corre un reloj para ver en qué momento Milei aprieta el
botón del veto a lo que votó el Senado. Ya hay negociación con gobernadores
dialoguistas para que el veto no sea parado por el Congreso. En la historia
argentina reciente el Parlamento sólo le paró un veto a Menem, cuando en
1999 el riojano quiso subir la contribución estatal a los partidos políticos
(para comprar votos).
Ahora, Milei retrasará el botón del veto todo lo que puede (tiene 10 días
hábiles para hacerlo). Hay 10 gobernadores dialoguistas que apoyarán si el
Presidente se pone al día con los ATN y el reparto del impuesto a los
combustibles, que significan apenas el 0,2% del PBI. El Presidente necesita
87 diputados para defender el veto, sin que importe lo que pase en el
Senado. Espera detener la promulgación de lo que se votó mientras se vota en
setiembre y en octubre, y para noviembre espera tener más legisladores en el
Congreso.
Pero para eso, debe mantener tranquilo al dólar, controlada la inflación y
lograr un buen resultado electoral. Esto significa que el mercado argentino
entra en una situación aún más desafiante. JP Morgan ya dijo que hay que
vender todas las Lecap porque viene un período inestable para la economía
argentina. Además ¿qué empresario argentino va a invertir con riesgo de que
vuelvan los peronistas? Esto, obviamente, pone en riesgo la intención del
Gobierno de poner a empresas privadas a cargo del mantenimiento de las
rutas.
Además, debemos entender que el riesgo no baja de 700 puntos porque en 2026
y 2027 hay que pagarles a inversores privados unos u$s 9000 M por año,
mientras que entre 2028 y 2033 hay que pagar u$s 12000 M al año. Semejante
pared de vencimientos pone en los analistas de inversión dos posiciones muy
temidas: canjes de deuda voluntarios o, directamente, una nueva
reestructuración de la deuda. Por eso Carrefour y otros se van. La oposición
empuja para que Milei vete y pierda votos. La política opositora es
destructiva para no desaparecer. Para el país lo crucial es recuperar la
confianza y todo esto la destruye.
Por eso, mientras las bancas de inversión globales vuelven a otra ronda en
la que les enseña a los inversores jóvenes a abrir cuentas en el exterior,
Milei trabaja en un waiver con el FMI para recibir u$s 2000 M adicionales
del FMI: el único sostén que tiene el Gobierno es el equilibrio fiscal.
Es que con el pago de cupones y amortización de Bonares y Globales las
reservas bajaron en u$s 2668 M. Y en el recorrido hay malas y buenas
noticias. Afuera, la tonelada de harina de soja (principal elemento de
exportación del país) sigue cayendo: vale u$s 283 (el precio volvió al nivel
que tenía en 2007), cuando en 2012 llegó a tocar los u$s 545. Pero, al mismo
tiempo, con esta suba del dólar la Argentina ya no es tan cara: una multitud
de brasileños llegará a Bariloche; hay programados 220 vuelos, 120% más que
hace un año (los centros de esquí mantuvieron las tarifas de 2024, esperan
100% de ocupación en los hoteles y 70% serán brasileños).
Pero mientras nosotros nos enloquecemos con el álgebra de la administración,
en el mundo pasan cosas. El jefe de Estado Mayor francés manifestó una frase
sorpresiva: "Rusia nos tomó por objetivo y la guerra ya está en Europa".
Trump volvió a anunciar que enviará más armas a Kiev. Y este lunes la OTAN
(con EE.UU. incluido) la aplicará más sanciones a Rusia.
Con todo eso hubo una gran reacción de las materias primas. En lo que va de
julio, el petróleo sube 5,7%, los metales básicos están flojos y los granos
están débiles. Los inversores del mundo también ven venir tiempos
desafiantes y buscan posiciones refugio: el oro (que venía muy caro) sube
1,7% en julio y está por debajo de su récord, la onza de plata salta 9% y
sube al valor más alto en 14 años (todavía está 25% abajo de su récord) y el
que levantó vuelo es el bitcoin, que acaba de saltar 10% en julio, superando
un récord absoluto de más de 118.000 dólares.
¿Qué se ve venir con todo esto? La gente en general menos informada va
tomando posiciones defensivas, mientras que los inversores algo más
especializados siguen con posiciones agresivas. ¿Quién tendrá razón? Esta es
la cartera que proponen los expertos para el tiempo que viene:
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